Watershed marca un punto de inflexión en la discografía de Opeth, sirviendo como el puente entre su faceta más agresiva y su exploración posterior del rock progresivo de los años 70. Lanzado en 2008, este álbum es el primero tras la salida del guitarrista Peter Lindgren y el baterista Martin Lopez, reemplazados por Fredrik Åkesson y Martin Axenrot, respectivamente. A pesar de estos cambios, la banda liderada por Mikael Åkerfeldt entrega una obra ambiciosa que equilibra su característico death metal progresivo con pasajes acústicos y experimentaciones sonoras.
Musicalmente, Watershed mantiene la esencia de Opeth pero amplía su paleta sonora. Aquí encontramos contrastes extremos: secciones de death metal feroz con guturales abrasivos, seguidas de pasajes acústicos y melancólicos con voces limpias. La influencia del rock progresivo clásico es más pronunciada que nunca, con arreglos que evocan a King Crimson, Camel y Van der Graaf Generator. También hay un mayor uso de teclados, cortesía de Per Wiberg, lo que añade una dimensión sinfónica y vintage al sonido del álbum.
Las letras de Watershed abordan temáticas introspectivas y oscuras, con una sensación general de pérdida, desolación y cambio. Hay referencias a relaciones rotas, muerte, abandono y un tono melancólico que permea todo el disco.
• “Coil” – Una apertura inusual para Opeth: una balada acústica con la participación de la cantante Nathalie Lorichs. Es un preludio engañosamente suave antes de la tormenta.
• “Heir Apparent” – Uno de los temas más pesados del álbum, con una atmósfera opresiva y cambios de ritmo dramáticos. Es un despliegue brutal de la faceta más agresiva de Opeth.
• “The Lotus Eater” – Fusiona death metal con elementos de rock progresivo clásico y jazz. Contiene algunos de los pasajes más sorprendentes y experimentales del álbum.
• “Burden” – Una balada progresiva con influencias de los años 70, donde las armonías vocales y el uso del mellotron evocan a bandas como King Crimson y Pink Floyd. Su final, con una guitarra desafinándose progresivamente, es uno de los detalles más peculiares del disco.
• “Porcelain Heart” – Un tema melancólico con cambios de tempo y un uso prominente de guitarras acústicas, destacando la dualidad de Opeth entre la belleza y la pesadez.
• “Hessian Peel” – La pieza más extensa y progresiva del álbum. Comienza con una sección acústica y evoluciona hacia una intensidad creciente, con giros inesperados y una estructura compleja.
• “Hex Omega” – Un cierre atmosférico y dramático que deja una sensación de incertidumbre, reflejando la transición que la banda experimentaba en este momento.
Watershed es un disco crucial en la trayectoria de Opeth, ya que representa el último álbum con guturales antes de su transición completa al rock progresivo en Heritage (2011). Para muchos fans, es la culminación perfecta de la fusión entre death metal y progresivo que la banda había desarrollado en discos anteriores como Blackwater Park y Ghost Reveries.
Con Watershed, Opeth entrega una obra versátil y desafiante, en la que cada canción aporta algo único. Es un disco que captura tanto la agresividad como la belleza de su sonido, marcando el fin de una era y el comienzo de otra. Un álbum esencial para los seguidores del metal progresivo y del enfoque innovador de la banda.