Time And A Word

Time And A Word

El Álbum que Desafió Expectativas y Marcó la Evolución de Yes

Lanzado en julio de 1970, Time and a Word es el segundo álbum de la icónica banda británica de rock progresivo Yes. Este disco, que a menudo se encuentra eclipsado por los lanzamientos más aclamados de la banda como Fragile o Close to the Edge, representa un punto de inflexión en la carrera de Yes y un testamento de su evolución musical temprana. Con este trabajo, Yes comenzó a delinear las características que los definirían como pioneros del género progresivo, experimentando con arreglos orquestales y expandiendo su sonido más allá de las fronteras del rock convencional.

Time and a Word fue un álbum grabado en un momento de transición para Yes. La banda estaba conformada en ese entonces por Jon Anderson (voz), Chris Squire (bajo y coros), Peter Banks (guitarra), Tony Kaye (teclados) y Bill Bruford (batería). A pesar del éxito modesto de su álbum debut, Yes buscaba ampliar su sonido y destacar en una escena musical cada vez más competitiva. Jon Anderson, quien desde el inicio mostró una inclinación por las composiciones complejas y líricas profundas, deseaba incorporar arreglos orquestales en su música, un movimiento audaz para una banda de rock en ese momento.

Este deseo de Anderson de expandir el sonido de la banda llevó a la inclusión de una orquesta completa en varias pistas del álbum. Los arreglos orquestales fueron realizados por Tony Cox y se utilizan en seis de las ocho canciones del disco. Esta decisión fue controvertida, tanto dentro de la banda como entre los críticos y fanáticos. Peter Banks, en particular, no estaba de acuerdo con la dirección que tomaba la banda, lo que llevó a su salida poco después de completar el álbum. Su reemplazo fue Steve Howe, quien se convertiría en una pieza clave en el futuro sonido de Yes.

El álbum abre con «No Opportunity Necessary, No Experience Needed», una versión del tema de Richie Havens. Desde los primeros compases, la inclusión de la orquesta es evidente, con una introducción basada en la banda sonora de la película El Gran Chaparral, compuesta por Jerome Moross. Este tema es una declaración de intenciones: Yes estaba dispuesto a desafiar las convenciones y explorar nuevos territorios sonoros. La combinación del vigor del rock con la majestuosidad de la orquesta ofrece un preludio perfecto de lo que está por venir.

«Then» es la siguiente pista, un tema que combina los elementos del rock psicodélico con la creciente influencia del rock progresivo. La letra, escrita por Anderson, refleja su preocupación por los problemas sociales y la búsqueda de un mundo mejor, un tema recurrente en su obra. Aquí, el órgano de Tony Kaye juega un papel fundamental, creando una atmósfera envolvente que se mezcla con los delicados arreglos orquestales.

«Everydays», una versión de Stephen Stills, es otro ejemplo de cómo Yes reinterpreta material ajeno para adaptarlo a su estilo. La canción se transforma en una pieza compleja, con cambios de ritmo y dinámica que anticipan el enfoque progresivo que la banda desarrollaría plenamente en álbumes posteriores. La sección media de la canción, en particular, destaca por su energía frenética y su sofisticación técnica.

En «Sweet Dreams», encontramos un tema más accesible y melódico. A pesar de su simplicidad aparente, la canción esconde arreglos intrincados y una interpretación vocal inspirada de Anderson. La sección instrumental hacia el final es otro recordatorio de la ambición de Yes por fusionar lo melódico con lo experimental.

«The Prophet» es, sin duda, uno de los momentos más destacados del álbum. La introducción, con su juego de órgano y percusión, prepara el terreno para una pieza que explora la espiritualidad y la trascendencia, temas que Anderson exploraría con mayor profundidad en el futuro. Los arreglos orquestales son particularmente efectivos aquí, añadiendo una capa adicional de dramatismo y grandiosidad.

«Clear Days», una de las piezas más cortas del álbum, es casi una balada, con Anderson cantando sobre la nostalgia y el paso del tiempo. La simplicidad de la canción contrasta con los complejos arreglos que la rodean, lo que demuestra la habilidad de Yes para moverse entre lo sencillo y lo elaborado sin perder su identidad.

«Astral Traveller» es otro punto culminante del disco, con su ritmo dinámico y su letra que explora la idea del viaje más allá de los confines terrenales. La interpretación de Bruford en la batería es particularmente notable, añadiendo una sensación de urgencia y movimiento a la pieza.

Finalmente, el álbum cierra con la canción que le da título, «Time and a Word». Este tema encapsula el mensaje optimista y espiritual de Anderson, con la repetición de la frase «the time is now» que resuena como un llamado a la acción y al cambio. Los arreglos orquestales y la interpretación apasionada de la banda hacen de esta una conclusión poderosa y memorable.

Time and a Word no fue un éxito comercial inmediato, y su recepción crítica fue mixta en su momento. Algunos críticos consideraron que la inclusión de la orquesta era excesiva y que diluía la energía del rock de la banda. Sin embargo, con el tiempo, el álbum ha sido reevaluado y reconocido como un paso importante en la evolución de Yes hacia su sonido característico.

El álbum también es significativo porque marca el final de la primera era de Yes, con la salida de Peter Banks y la llegada de Steve Howe, que contribuiría a llevar a la banda a nuevas alturas en la década de 1970. Time and a Word puede no ser el álbum más conocido de Yes, pero es un testimonio de su deseo de experimentar y crecer como músicos, sentando las bases para lo que estaba por venir.

En retrospectiva, Time and a Word es un álbum que merece ser escuchado con una mente abierta y apreciado por lo que es: un momento de transición en el que una banda joven y ambiciosa comenzó a descubrir su potencial y a desafiar las expectativas tanto de ellos mismos como de su audiencia. Es un testamento de la audacia de Yes y de su voluntad de experimentar, lo que los llevaría a convertirse en una de las bandas más influyentes en la historia del rock progresivo.

La portada de la edición original del álbum fue diseñada y fotografiada por Laurence Sackman. Esa portada presenta un diseño con cuadros en blanco y negro al estilo Dadaísta y una mujer desnuda, mientras que la contraportada incluye fotografías de cada miembro frente a una máquina de viento, distorsionando sus rostros. La portada fue considerada inapropiada por los distribuidores de discos estadounidenses, por lo que Atlantic Records contrató al fotógrafo Barrie Wentzell, en su estudio de Wardour Street en Londres, para que tomara una nueva foto de la banda para usarla en la impresión estadounidense. Cuando se tomó la fotografía, Steve Howe había reemplazado a Peter Banks como guitarrista de Yes, por lo que Howe aparece en la versión estadounidense de la portada del álbum. Sin embargo, la parte posterior de la portada del disco estadounidense es idéntica a la versión del Reino Unido, por lo que incluye una imagen de Banks. Howe ha dicho que la portada original del álbum fue rechazada porque era sexista, pero que estaba enojado con Atlantic Records por imprimir y vender continuamente un álbum con su foto en la portada a pesar de que no tocaba en el disco. La portada del álbum recopilatorio Yesterdays pintada por Roger Dean, que se lanzó en Estados Unidos, fue un homenaje a la portada de este álbum. Presentaba a una mujer desnuda en la misma pose, sin que se viera su cabeza, y con una mariposa negra en la cadera, al igual que en Time and a Word.

YES Time and Word
Time And A Word
Lanzamiento: julio 24, 1970
1
Productor: Tony Colton
Ingeniero: Eddie Offord
Disquera: Atlantic Records
Estado: Usado
Manufactura: usa
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