El Despertar de una Leyenda del Rock Progresivo
Lanzado el 19 de febrero de 1971, «The Yes Album» marcó un antes y un después en la carrera de la banda británica Yes. Este fue su tercer álbum de estudio, pero es considerado el verdadero punto de partida para lo que sería una de las carreras más influyentes en la historia del rock progresivo. Con este álbum, Yes encontró su sonido distintivo: una mezcla de virtuosismo instrumental, complejidad compositiva, y un enfoque visionario que desafió las convenciones del rock de la época.
Antes de The Yes Album, Yes había lanzado dos discos que, aunque mostraban promesas, no lograron definir claramente la dirección de la banda. Con la incorporación del guitarrista Steve Howe, todo cambió. Howe, con su habilidad para tocar múltiples estilos de guitarra, desde el rock hasta el clásico y el jazz, aportó una nueva dimensión al sonido de Yes. Además, este álbum fue el primero en el que la banda tuvo más control creativo, permitiéndoles explorar y desarrollar su sonido sin las restricciones impuestas por productores externos.
En este período, Yes se alejaba de las versiones de otros artistas, que habían sido una parte importante de sus primeros trabajos, y se centraba completamente en material original. Esto les permitió experimentar y desarrollar la complejidad estructural que se convertiría en una marca registrada del rock progresivo.
Un Viaje a Través de lo Progresivo
- «Yours Is No Disgrace»: El álbum abre con esta obra épica de casi 10 minutos que establece el tono de lo que está por venir. Es una pieza dinámica que combina múltiples secciones y cambios de tempo, un preludio a la ambición compositiva que caracterizaría a Yes. Las letras, crípticas como muchas de las de Jon Anderson, abordan temas de conflicto y moralidad, y la música es un viaje que oscila entre lo melódico y lo explosivo, destacando especialmente la innovadora guitarra de Steve Howe y las complejas líneas de bajo de Chris Squire.
- «The Clap»: Este es un cambio drástico en tono, una pieza acústica en vivo compuesta y ejecutada por Steve Howe. «The Clap» (a menudo llamado simplemente «Clap») es una muestra del virtuosismo de Howe en la guitarra, con un estilo fingerpicking que recuerda al ragtime y la música folk. A pesar de su simplicidad en comparación con las otras pistas, la inclusión de esta pieza resalta la versatilidad de Yes como banda y la capacidad de Howe para destacar en múltiples géneros.
- «Starship Trooper»: Una de las piezas centrales del álbum, «Starship Trooper» está dividida en tres movimientos: «Life Seeker», «Disillusion», y «Würm». Esta canción es un claro ejemplo de la estructura en suite que Yes perfeccionaría en futuros trabajos. Cada sección tiene su propio carácter, desde los riffs poderosos y memorables de «Life Seeker» hasta la belleza pastoral de «Disillusion» y el cierre épico de «Würm», que se convierte en un crescendo instrumental imponente. Es una canción que encapsula la esencia de Yes, combinando complejidad, melodía y una narrativa casi cinematográfica y una pieza infaltable en sus shows en vivo.
- «I’ve Seen All Good People»: Quizás una de las canciones más accesibles y populares de Yes, esta pieza también está dividida en dos partes: «Your Move» y «All Good People». La primera parte, con su dulce y optimista melodía acompañada de guitarras acústicas, contrasta con la segunda mitad, un himno de rock en el que la banda brilla en un contexto más tradicional pero aún progresivo. La referencia a la estrategia en el ajedrez («Move yourself, you always live your life / Never thinking of the future») añade un toque intelectual a lo que es una de las canciones más queridas de la banda.
- «A Venture»: Una de las canciones más cortas del álbum, pero no menos interesante, «A Venture» es una exploración en la experimentación melódica, con un enfoque más ligero y un solo de piano que aporta una textura diferente al álbum. Aunque menos destacada que las otras piezas, ofrece un respiro en medio de la complejidad progresiva.
- «Perpetual Change»: El álbum cierra con esta ambiciosa pieza que resume todo lo que Yes intentaba lograr en The Yes Album. La canción juega con contrastes de ritmo y tiempo, una técnica que se convertiría en un sello distintivo de la banda. Las letras de Anderson hablan de la inevitabilidad del cambio, un tema que resuena tanto a nivel personal como colectivo. La sección central, donde dos temas diferentes se superponen, muestra el ingenio compositivo de la banda y su habilidad para entrelazar ideas musicales complejas en una narrativa cohesiva.
El sonido de The Yes Album es un testamento a la madurez que la banda había alcanzado. Grabado en los estudios Advision en Londres, con la ayuda del ingeniero Eddie Offord, el álbum tiene un sonido claro y bien definido que permite que cada instrumento brille. Chris Squire, con su característico bajo Rickenbacker, y la batería de Bill Bruford proporcionan una base rítmica poderosa y precisa, mientras que Tony Kaye en los teclados añade una capa de calidez y textura que contrasta con la guitarra afilada de Howe.
The Yes Album fue un éxito comercial y crítico, alcanzando el número 4 en las listas del Reino Unido y el número 40 en Estados Unidos, donde eventualmente se certificó como disco de platino. Este álbum no solo estableció a Yes como uno de los líderes del emergente movimiento de rock progresivo, sino que también sentó las bases para futuros álbumes icónicos como Fragile y Close to the Edge.
El álbum es visto hoy como un hito en la evolución del rock progresivo. Con su mezcla de innovación, habilidad instrumental y estructuras compositivas ambiciosas, The Yes Album mostró al mundo lo que el rock progresivo podía ser. Más de cinco décadas después de su lanzamiento, sigue siendo un disco esencial para los amantes del rock y un punto de referencia para cualquier banda que busque combinar complejidad musical con éxito comercial.
En resumen, The Yes Album es un testimonio del potencial ilimitado de Yes y del rock progresivo en general. Es un álbum que desafía las normas, que lleva al oyente en un viaje musical intrincado y gratificante, y que establece a Yes como una banda no solo importante, sino esencial en la historia del rock.