Songs from the Labyrinth es un proyecto audaz y profundamente personal en el que Sting se sumerge en el repertorio del compositor renacentista John Dowland (1563–1626). Este álbum marca un alejamiento radical de los géneros contemporáneos que definieron su carrera, explorando en cambio la música renacentista con una autenticidad notable.
El álbum combina canciones y piezas instrumentales de laúd, un instrumento destacado de la época, interpretado por el virtuoso Edin Karamazov. A través de estas interpretaciones, Sting busca revivir la poesía y la sensibilidad musical de Dowland, destacando la universalidad de sus temas: amor, melancolía, anhelo y la belleza efímera de la vida.
Grabado bajo el sello de música clásica Deutsche Grammophon, el álbum tiene un sonido austero y elegante. Cada pista pone énfasis en la simplicidad de la voz de Sting y el acompañamiento del laúd, creando una atmósfera íntima y reflexiva. Además de las canciones, el álbum incluye lecturas de cartas de Dowland a Sir Robert Cecil, que proporcionan un contexto histórico y emocional a la música.
La temática del álbum se centra en la dualidad del renacimiento inglés: la búsqueda de lo sublime a través de la música y el arte, contrastada con una profunda melancolía existencial.
“Walsingham”
Una breve pieza instrumental que abre el álbum con el laúd como protagonista. Es una interpretación delicada que refleja la habilidad de Karamazov y sienta el tono renacentista del álbum.
“Can She Excuse My Wrongs?”
Una canción que cuestiona la injusticia en el amor. Sting interpreta la letra con un tono íntimo y vulnerable, mientras que el laúd resalta el carácter danzante de la pieza, que era típico de las canciones cortesanas de la época.
“Flow My Tears”
Probablemente la composición más famosa de Dowland. Esta pieza captura el espíritu de la melancolía isabelina. La interpretación de Sting es emocionalmente contenida, lo que intensifica el efecto de la tristeza en la melodía.
“Have You Seen the Bright Lily Grow?”
Un poema que celebra la efímera belleza de una flor como metáfora de la mortalidad y el amor. Sting lo canta con delicadeza, mientras el laúd enmarca la fragilidad de la pieza.
“The Most High and Mighty Christianus the Fourth, King of Denmark, His Galliard”
Otra pieza instrumental del repertorio de Dowland, que muestra la destreza técnica de Karamazov. Es un momento ligero y animado en un álbum predominantemente melancólico.
“Come Again: Sweet Love Doth Now Invite”
Una canción sobre el anhelo romántico, con un tono más ligero que muchas otras piezas del álbum. Sting entrega una interpretación elegante, equilibrando la pasión y el refinamiento.
“In Darkness Let Me Dwell”
Esta pieza cierra el álbum con un tono sombrío y reflexivo. Es uno de los momentos más intensos del disco, donde Sting explora las profundidades de la melancolía tanto en la letra como en su interpretación vocal.
El álbum incluye fragmentos de cartas de Dowland, leídas por Sting, que ofrecen un vistazo a la vida del compositor y sus dificultades para navegar los círculos políticos y artísticos de su tiempo. Estas lecturas destacan la figura de Dowland como un artista incomprendido en su época, lo que añade una capa de profundidad emocional al álbum.
Cuando se lanzó, Songs from the Labyrinth recibió críticas mixtas. Algunos elogiaron a Sting por aventurarse en un terreno musical inesperado y por su dedicación a interpretar este repertorio con respeto y autenticidad. Otros consideraron el proyecto como una curiosidad académica más que como un álbum accesible. Sin embargo, con el tiempo, el álbum ha sido reconocido como un testamento de la pasión de Sting por la música renacentista y su voluntad de tomar riesgos artísticos.
Songs from the Labyrinth no es un álbum fácil ni convencional, pero es una obra de profunda sensibilidad y belleza. A través de su colaboración con Edin Karamazov, Sting logra revitalizar la música de John Dowland, mostrando que los sentimientos y las inquietudes humanas trascienden las barreras del tiempo. Este trabajo es un puente entre el pasado y el presente, una celebración de la riqueza cultural del Renacimiento inglés y una prueba del eclecticismo de Sting como artista.