En la década de los 90, Los Kjarkas, una de las agrupaciones más emblemáticas de la música andina, decidió embarcarse en un proyecto experimental y conceptual titulado Pacha, que significa “tierra” o “mundo” en quechua. Este proyecto buscaba fusionar la música andina tradicional con nuevos sonidos, transmitiendo un mensaje de unidad, esperanza y respeto por la naturaleza y la cultura indígena.
El álbum Por un mundo nuevo, lanzado en 1990, es una de las obras más representativas de este proyecto. Con una fuerte influencia de la cosmovisión andina, el disco aborda temas relacionados con la hermandad entre los pueblos, la conservación del planeta y la identidad cultural.
El sonido de Por un mundo nuevo mantiene la esencia de la música andina tradicional, pero con una producción más elaborada y una instrumentación más rica. Destacan instrumentos típicos como la quena, la zampoña, el charango y la guitarra, combinados con arreglos vocales armoniosos y una base rítmica potente.
Los Kjarkas ya habían demostrado su capacidad para innovar dentro del género andino, pero en Por un mundo nuevo logran un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo moderno. Se pueden percibir influencias del folk latinoamericano, la música new age y algunos matices de rock sinfónico, lo que da al álbum una sonoridad única dentro de su discografía.
El álbum en su conjunto es profundo, espiritual y lleno de matices, con un enfoque que va más allá del entretenimiento y busca transmitir valores y reflexiones sobre la humanidad y el planeta.
Por tratarse de un proyecto KJARKAS, no de la agrupación en si, en este trabajo no participan todos los integrantes, únicamente encontramos a: Elmer Hermosa, Gastón Guardia, Edwin Castellanos y Fernando Torrico. Además cuenta con la participación de la cantante mexicana Daniela Romo en el tema Al Final.
Estos músicos lograron una interpretación impecable y una producción refinada que consolidó a Por un mundo nuevo como un álbum esencial dentro del repertorio andino.
Si bien el álbum no alcanzó el nivel de popularidad de otras producciones más comerciales de Los Kjarkas, Por un mundo nuevo fue bien recibido por los seguidores de la música andina y los movimientos culturales que promueven la identidad indígena.
Este disco es considerado un testimonio del compromiso de Los Kjarkas con la preservación de la cultura andina y un ejemplo de cómo la música puede ser un vehículo para transmitir mensajes de conciencia social y ecológica.
A más de 30 años de su lanzamiento, Por un mundo nuevo sigue siendo una obra relevante dentro del género andino, recordándonos la importancia de la música como herramienta de transformación y reflexión.