En 1991, Metallica lanzó su quinto álbum de estudio, conocido oficialmente como Metallica pero comúnmente referido como The Black Album debido a su icónica portada completamente negra. Este álbum marcó un punto de inflexión no solo para la banda, sino para todo el género del heavy metal. Con este disco, Metallica pasó de ser una banda de thrash metal dominante en el underground a convertirse en superestrellas globales, llevando su sonido a un público mucho más amplio.
Hasta The Black Album, Metallica era conocida por su velocidad, complejidad y agresividad. Álbumes como Ride the Lightning y Master of Puppets habían consolidado su estatus como líderes del thrash metal, un subgénero caracterizado por su ritmo acelerado y su enfoque técnico. Sin embargo, al finalizar la gira del álbum …And Justice for All, la banda decidió que era hora de un cambio.