Medusa

Medusa es el decimoquinto álbum de estudio de Paradise Lost y una obra clave en el renacimiento death/doom de la banda. Tras décadas de evolución —desde los inicios en el death doom de los 90, pasando por el gothic metal, el synth-rock e incluso el hard rock— la banda retomó su sonido más sombrío, crudo y denso, con una orientación clara hacia su pasado más oscuro.

Con Medusa, la agrupación regresa sin ambigüedades a las raíces del death/doom metal, incorporando growls, afinaciones graves, tempos lentos y estructuras pesadas, que remiten directamente a discos como Gothic (1991) y Shades of God (1992).

La “Medusa” del título no es solo una criatura mitológica, sino una metáfora del desencanto contemporáneo. Según el guitarrista Greg Mackintosh, el nombre simboliza cómo la sociedad moderna se ha endurecido, ha dejado de sentir y ha sido petrificada por la desilusión, el miedo o la rutina.

La portada, realizada por Branca Studio, muestra un rostro petrificado entre sombras, con un estilo gótico y decadente que evoca el terror antiguo y el vacío existencial, perfectamente alineado con el sonido del disco.

Riffs densos y arrastrados en afinaciones bajas
Voces guturales profundas a cargo de Nick Holmes, retomando plenamente el growl
Melodías oscuras y lentas, muchas veces apoyadas por guitarras melancólicas
Ambientes opresivos, sin concesiones a la accesibilidad comercial
Un fuerte componente doom metal en la vena de Candlemass, My Dying Bride y los propios Paradise Lost de inicios de los 90

La producción de Jaime Gomez Arellano (Ghost, Cathedral, Grave Pleasures) logra capturar la pesadez atmosférica del grupo sin perder claridad ni dinámica.

Fearless Sky – Abre el disco con más de 8 minutos de epicidad doom, con pasajes hipnóticos, riffs aplastantes y cambios de tempo.
Gods of Ancient – Directa y brutal, con un ritmo más acelerado y guitarras afiladas.
From the Gallows – Con reminiscencias al doom tradicional, sombría y poderosa.
The Longest Winter – Uno de los sencillos, con una melodía melancólica, riffs más melódicos y un Nick Holmes entre el canto limpio y el gutural.
Medusa – La canción homónima ofrece una mezcla perfecta de death doom clásico con pasajes ambientales.
Blood & Chaos – Tema más directo y agresivo, con un ritmo casi death & roll. Fue otro de los sencillos del álbum.
No Passage for the Dead – Típico doom lento, cavernoso y desolador.
Until the Grave – Cierre demoledor que encapsula el tono fatalista del disco.

Versión deluxe: Incluye dos bonus tracks: Shrines y Symbolic Virtue, este último con voz limpia, contrastando con el resto del álbum.

Nick Holmes: voz (uso intensivo del growl por primera vez desde Shades of God)
Greg Mackintosh: guitarra líder, composición melódica, atmósferas
Aaron Aedy: guitarra rítmica
Stephen Edmondson: bajo
Waltteri Väyrynen: batería (debut con la banda a los 22 años; ex-baterista de Vallenfyre, proyecto paralelo de Mackintosh)

Medusa fue muy bien recibido tanto por la crítica especializada como por los seguidores más antiguos del grupo:

Visto como una vuelta coherente y poderosa a sus raíces
Aclamado por la consistencia, la producción y la oscuridad genuina
Considerado uno de los discos más sólidos del metal extremo de 2017
Revistas como Metal Hammer, Kerrang! y Decibel lo incluyeron entre los mejores del año

Algunos fans del período más gótico o melódico de la banda lo encontraron “demasiado extremo”, pero la mayoría celebró el regreso a la brutalidad doom/death de antaño.

Medusa representa una reafirmación artística por parte de Paradise Lost. Lejos de querer agradar a nuevas audiencias o reinventarse por moda, la banda decide sumergirse en lo más denso de sus raíces, ofreciendo un álbum pesadamente atmosférico, sombrío, sin concesiones ni ornamentos.

Es un trabajo donde la muerte, el desencanto y la resignación se transforman en materia prima sonora para una de las entregas más pesadas y genuinas del catálogo de la banda. Un álbum que no busca esperanza, sino belleza en la desolación.