En 1971, Pink Floyd lanzó su sexto álbum de estudio, Meddle, un disco que, para muchos, marca el verdadero comienzo de la era dorada de la banda. Aunque previamente habían experimentado con diversos estilos y sonidos, fue con Meddle que Pink Floyd comenzó a consolidar la identidad que los llevaría a la cima del rock progresivo. Este álbum es un viaje fascinante por paisajes sonoros complejos y emocionalmente resonantes, una mezcla de innovación técnica y exploración artística que preparó el terreno para sus obras maestras posteriores.