En noviembre de 1971, Yes lanzó su cuarto álbum de estudio, «Fragile», un disco que no solo consolidó su reputación como una de las bandas más importantes del rock progresivo, sino que también definió un sonido que influiría a generaciones de músicos. Fragile es mucho más que un simple álbum de rock; es una exploración audaz y ambiciosa del potencial musical, lleno de complejidad instrumental, composiciones innovadoras, y un enfoque colaborativo que permitió a cada miembro de la banda brillar en su propia luz.
Para entender Fragile, es necesario mirar el contexto en el que fue creado. Tras el éxito de The Yes Album a principios de 1971, Yes estaba en un momento de transición. La incorporación de Steve Howe en la guitarra había llevado a la banda a nuevas alturas, pero la salida del tecladista Tony Kaye, quien se resistía a la inclusión de sintetizadores, dejó un vacío que necesitaba ser llenado. Este vacío fue ocupado por Rick Wakeman, un virtuoso del teclado que venía de tocar con The Strawbs y que rápidamente se convirtió en una pieza clave en el sonido de Yes.