Flamingos es el tercer álbum de estudio de Enrique Bunbury, lanzado en 2002. Este disco marcó un punto de inflexión en su carrera solista, consolidándolo como un artista innovador, con un sonido más rockero y una producción ambiciosa.
Después de la experimentación de Radical Sonora (1997) y la fusión de géneros de Pequeño (1999), Flamingos presentó un enfoque más eléctrico, con influencias de rock, glam, blues, bolero, música electrónica y hasta ranchera. Las letras, más personales e introspectivas, reflejan momentos turbulentos en la vida de Bunbury, incluyendo desamor y crisis existenciales.
“El club de los imposibles” – Un arranque explosivo con un sonido potente, riffs de guitarra y una letra que habla de vivir sin reglas.
“Sí” – Tema romántico y esperanzador, con una instrumentación más delicada.
“Contar contigo” – Una balada intensa que mezcla rock con sonidos electrónicos sutiles.
“Sácame de aquí” – Rock desgarrador con una de las letras más crudas del disco.
“Enganchado a ti” – Una fusión entre bolero y rock con un aire melancólico.
“Lady Blue” – Uno de los himnos del disco, con un sonido épico y una de las interpretaciones más emotivas de Bunbury.
“San Cosme y San Damián” – Cargada de simbolismo, con arreglos que recuerdan a la música gitana.
“No se fíe” – Canción con un aire de tango y cabaret, que muestra la versatilidad del álbum.
“Hermosos y malditos” – Un tema glam-rock con influencias de David Bowie.
“One, Two, Three” – Ritmo bailable con una atmósfera vibrante.
“Odiame” – Versión de la clásica canción peruana, con una interpretación intensa.
“Una canción triste” – Balada melancólica y desgarradora, de las más emotivas del disco.
“Ciudad de bajas pasiones” – Cierre con un aire decadente y experimental.
Flamingos es considerado uno de los mejores discos de Enrique Bunbury y un punto de referencia en el rock español. Con este álbum, el músico dejó atrás cualquier comparación con Héroes del Silencio y se reafirmó como un artista solista con identidad propia.
Canciones como “Lady Blue”, “El club de los imposibles” y “Sácame de aquí” se convirtieron en clásicos de su repertorio. El disco fue acompañado por una extensa gira, con un espectáculo que mostraba la evolución de Bunbury como intérprete y su capacidad de reinvención.
Flamingos es un álbum ecléctico, ambicioso y emocionalmente intenso, en el que Enrique Bunbury se muestra vulnerable y explosivo a la vez. Su producción detallada y la fusión de géneros lo convierten en una de sus obras más icónicas.