Endtyme (2001) es el séptimo álbum de estudio de la banda británica de death doom metal Cathedral. Este trabajo marca un regreso a un sonido más oscuro y pesado, alejándose de las influencias psicodélicas y del stoner rock que caracterizaron algunos de sus discos anteriores.
Después del lanzamiento de Caravan Beyond Redemption (1998), Cathedral decidió explorar una faceta más opresiva y monolítica en su música. Endtyme se grabó en los Chapel Studios bajo la producción de Billy Anderson, reconocido por su trabajo con bandas de doom y sludge como Sleep y Neurosis. La producción tiene un enfoque más denso y primitivo, con guitarras pesadas, tempos lentos y una atmósfera sofocante.
En este álbum, la banda regresa a sus raíces más doom, evocando la pesadez de su debut Forest of Equilibrium (1991), pero con un sonido aún más áspero y nihilista. Las guitarras son opacas y saturadas, el bajo retumba con una presencia cavernosa, y la batería tiene un ritmo marcadamente fúnebre. La voz de Lee Dorrian es más grave y áspera, complementando la atmósfera de desesperación y decadencia.
La estructura de las canciones es deliberadamente arrastrada, con riffs hipnóticos y repetitivos que generan una sensación de asfixia. Se pueden notar influencias del sludge metal en la crudeza de las guitarras y el enfoque abrasivo de la mezcla.
• “Cathedral Flames”: Un breve intro que sienta el tono sombrío del álbum con una instrumentación densa y ominosa.
• “Melancholy Emperor”: Riffs pesados y machacantes, con un tempo moderadamente lento y un groove opresivo.
• “Requiem for the Sun”: Una pieza lenta y devastadora con un tono apocalíptico y una instrumentación extremadamente densa.
• “Whores to Oblivion”: Una de las pistas más dinámicas, con cambios de ritmo y un enfoque más agresivo.
• “Alchemist of Sorrows”: Doom en su máxima expresión, con un ritmo arrastrado y una sensación de pesadumbre total.
• “Endtyme”: La canción que da nombre al disco cierra el álbum con una nota de desesperanza absoluta, llevando el sonido a su punto más claustrofóbico.
Aunque Endtyme no es uno de los discos más accesibles de Cathedral, fue bien recibido por los seguidores del doom más pesado y oscuro. Su sonido abrasivo y su enfoque sin concesiones lo han convertido en un álbum de culto dentro del death doom. Con Endtyme, Cathedral demostró que aún podían canalizar la esencia más pesada y sombría del género, antes de experimentar nuevamente con sonidos más psicodélicos en álbumes posteriores.