Una Sátira Feroz en la Era del Rock Progresivo
En enero de 1977, Pink Floyd lanzó su décimo álbum de estudio, «Animals», una obra conceptual que se aleja de la melancolía introspectiva de Wish You Were Here y la épica monumental de The Dark Side of the Moon. En su lugar, Animals ofrece una crítica mordaz y cruda de la sociedad contemporánea, inspirada en la novela «Rebelión en la granja» de George Orwell. Es un álbum que destaca por su dureza tanto en su mensaje como en su música, consolidando a Pink Floyd no solo como titanes del rock progresivo, sino también como comentaristas sociales agudos y provocadores.
Para entender Animals, es crucial situarlo en su contexto histórico. A mediados de los años 70, Gran Bretaña atravesaba un período de agitación social, económica y política. La brecha entre las clases sociales se ampliaba, y la desilusión hacia el gobierno y las instituciones era palpable. Pink Floyd, liderado por Roger Waters, canalizó esta tensión en un álbum que es tanto una reflexión personal como una observación social.
Animals es una alegoría que clasifica a las personas en tres categorías representadas por animales:
- Perros: Los ambiciosos y agresivos que luchan para llegar a la cima a cualquier costo.
- Cerdos: Los que están en la cima, manipulando y controlando a los demás, representando la corrupción y la hipocresía de los poderosos.
- Ovejas: Las masas conformistas, manipuladas y explotadas por los perros y cerdos, pero que eventualmente se rebelan.
El álbum está compuesto por cinco pistas, cada una de las cuales desarrolla estos temas a través de su letra y estructura musical.
- «Pigs on the Wing (Part One)»: Abre y cierra el álbum, actuando como un marco lírico que suaviza un poco el tono de la obra. Es una balada corta y personal, aparentemente dedicada a una relación romántica, pero que también puede interpretarse como un mensaje de empatía en medio de un mundo cruel.
- «Dogs»: La pieza central del álbum en cuanto a duración y contenido. Con sus más de 17 minutos, es una crítica directa a aquellos que, en su búsqueda de éxito y poder, pierden su humanidad. La canción alterna entre pasajes de furia rockera y secciones más suaves y meditativas, con letras que describen la vida de un «perro» que finalmente se enfrenta a su propia soledad y desesperanza. David Gilmour brilla aquí con su guitarra, ofreciendo algunos de los solos más memorables de su carrera.
- «Pigs (Three Different Ones)»: Aquí, Waters dirige su ira hacia los «cerdos» de la sociedad. La canción es sarcástica y mordaz, con una base rítmica pesada que acentúa su mensaje. En ella, se critica a aquellos en el poder, incluyendo a figuras políticas de la época, y su arrogancia y manipulación. La famosa línea «Ha ha, charade you are» encapsula el desdén de Waters hacia estos individuos.
- «Sheep»: Comenzando con un suave teclado que sugiere la paz superficial de las ovejas, la canción rápidamente se transforma en una oda a la rebelión. Las «ovejas», inicialmente dóciles y obedientes, se dan cuenta de su explotación y se levantan contra sus opresores. Musicalmente, es una montaña rusa, con cambios de ritmo y tono que reflejan la transformación de las ovejas. La inclusión de un pasaje recitado y distorsionado del Salmo 23 refuerza la idea de que las masas, a pesar de ser manipuladas, pueden encontrar la fuerza para rebelarse.
- «Pigs on the Wing (Part Two)»: Cierra el álbum en un tono más íntimo y esperanzador. Al igual que la primera parte, ofrece un respiro después de la dureza de las canciones anteriores, sugiriendo que, aunque el mundo esté lleno de perros, cerdos y ovejas, aún hay lugar para la compasión y la conexión humana.
La producción de Animals es un reflejo de la evolución de Pink Floyd hacia un sonido más crudo y directo. En lugar de las capas densas y las elaboradas producciones de álbumes anteriores, aquí encontramos una mayor simplicidad en los arreglos, aunque no por ello menos impacto. Las guitarras de David Gilmour, cargadas de efectos, toman un papel protagónico, mientras que el bajo y las letras de Waters son más agresivos y prominentes que nunca. Los sintetizadores de Richard Wright y la batería de Nick Mason aportan texturas que refuerzan la atmósfera sombría y crítica del álbum.
La portada del álbum es icónica: la fotografía de la Central Eléctrica de Battersea en Londres, con un cerdo inflable flotando entre sus chimeneas. Diseñada por Storm Thorgerson y el colectivo Hipgnosis, la imagen se ha convertido en sinónimo de Animals y refleja a la perfección la temática del álbum: la industria, la corrupción, y el poder omnipresente de la clase dominante. La portada ha sido citada en múltiples ocasiones en películas, series y otros medios audiovisuales.
Animals fue bien recibido por la crítica y alcanzó el número 2 en el Reino Unido y el número 3 en los Estados Unidos. Sin embargo, la gira promocional, conocida como «In the Flesh Tour», estuvo marcada por tensiones internas que eventualmente llevaron a la salida de Roger Waters de la banda. A pesar de no alcanzar la fama masiva de The Dark Side of the Moon o The Wall, Animals es aclamado como una de las obras más fuertes y cohesivas de Pink Floyd, apreciada por su enfoque conceptual y su feroz comentario social.
En resumen, Animals es un álbum que captura la frustración y la furia de Pink Floyd hacia un mundo que percibían como injusto y corrupto. Es una obra que sigue siendo relevante décadas después de su lanzamiento, no solo por su música innovadora, sino también por su capacidad para confrontar a la audiencia con preguntas difíciles sobre la sociedad en la que vivimos.
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