Tras el lanzamiento de su debut homónimo en 1970, Gentle Giant regresó un año después con Acquiring the Taste, un álbum que mostró una evolución drástica en su sonido, consolidando su identidad dentro del rock progresivo. Este trabajo representa el momento en que la banda dejó de lado las estructuras convencionales del rock para explorar terrenos más complejos, con arreglos intrincados, armonías vocales poco convencionales y una instrumentación variada.
Acquiring the Taste fue producido por Tony Visconti (conocido por su trabajo con David Bowie y T. Rex), quien ayudó a expandir las posibilidades sonoras de Gentle Giant. A diferencia de su primer álbum, donde aún se percibían influencias del blues y el hard rock, este disco es una obra mucho más ambiciosa, con un enfoque experimental y una fusión de estilos que incluyen música clásica, jazz, folk y avant-garde.
La alineación de Gentle Giant en Acquiring the Taste fue:
• Derek Shulman – voz principal, bajo, saxofón, percusión
• Ray Shulman – bajo, violín, guitarra, trompeta, voz
• Phil Shulman – saxofón, trompeta, flauta, clarinete, percusión, voz
• Gary Green – guitarras eléctrica y acústica, percusión
• Kerry Minnear – teclados, vibráfono, cello, percusión, voz
• Martin Smith – batería, percusión
Este sería el último álbum con Martin Smith en la batería antes de que fuera reemplazado por Malcolm Mortimore en el siguiente trabajo de la banda.
El álbum abre con “Pantagruel’s Nativity”, una pieza inspirada en Gargantúa y Pantagruel de Rabelais. Su introducción de sintetizador y las armonías vocales etéreas crean una atmósfera envolvente, mientras que la estructura de la canción se desarrolla con cambios dinámicos que reflejan la narrativa épica del tema.
“Edge of Twilight” es una de las composiciones más atmosféricas del disco, con el uso de vibráfono, flauta y percusión para crear un ambiente casi cinematográfico. La voz de Kerry Minnear le da un tono delicado y melancólico.
“The House, the Street, the Room” muestra el lado más agresivo de Gentle Giant, con riffs de guitarra distorsionados y cambios de ritmo inesperados. Es una pieza que recuerda a su álbum debut, pero con una ejecución más sofisticada.
“Acquiring the Taste” funciona como un breve interludio instrumental, lleno de texturas experimentales creadas con sintetizadores y efectos de estudio.
“Wreck” es uno de los temas más accesibles del álbum, con un coro poderoso que recuerda a las canciones marineras tradicionales. Su progresión melódica y el uso de múltiples voces lo convierten en una de las piezas más memorables del disco.
“The Moon Is Down” es una balada progresiva con una instrumentación sutil y una interpretación vocal llena de matices. Su estructura inusual y la inclusión de teclados y cuerdas muestran la influencia de la música clásica en la banda.
“Black Cat” es una de las canciones más peculiares del disco, con el violín y el clarinete generando una atmósfera misteriosa. Su ritmo sinuoso y sus cambios de dinámica la hacen destacar como una de las piezas más experimentales del álbum.
El álbum cierra con “Plain Truth”, una canción más directa y enérgica donde el violín eléctrico de Ray Shulman toma el protagonismo. Es una de las pocas piezas del disco que mantiene una estructura más cercana al rock tradicional, pero con la complejidad instrumental característica de Gentle Giant.
Acquiring the Taste fue un álbum adelantado a su tiempo y representó un desafío incluso para los oyentes de rock progresivo. Su exploración sonora y la combinación de estilos marcaron el camino para los siguientes trabajos de la banda, como Three Friends (1972) y Octopus (1972).
En retrospectiva, este álbum es considerado una pieza clave dentro del rock progresivo, ya que estableció el sonido único de Gentle Giant y demostró su capacidad para romper barreras musicales. Si bien no tuvo un gran éxito comercial en su momento, con los años se ha convertido en una obra de culto entre los fanáticos del género.
Acquiring the Taste es un álbum esencial para entender la evolución del rock progresivo en los años 70. Su mezcla de complejidad técnica, experimentación y riqueza melódica lo convierten en una experiencia auditiva única. Es un disco que, como sugiere su título, requiere paciencia y apertura para ser apreciado en su totalidad, pero una vez que se adquiere el gusto por su propuesta, se convierte en una obra fascinante e imprescindible dentro del género.
