El 30 de mayo del año 2000, Iron Maiden lanzó Brave New World, su duodécimo álbum de estudio. Este álbum marcó un momento crucial en la historia de la banda, ya que no solo representaba el regreso del vocalista Bruce Dickinson y del guitarrista Adrian Smith, sino que también significó una revitalización del sonido y la energía que había definido a Iron Maiden en sus años más gloriosos. Con Brave New World, Iron Maiden no solo recuperó su lugar en la cima del heavy metal, sino que también demostró que aún tenía mucho que ofrecer, combinando la fuerza de su pasado con una visión fresca y moderna.
El contexto de Brave New World es tan importante como la música misma. A finales de los años 90, Iron Maiden había pasado por una fase de cambios significativos. Bruce Dickinson había dejado la banda en 1993 para seguir una carrera en solitario, siendo reemplazado por Blaze Bayley, cuya voz más grave y estilo más oscuro marcaron una desviación del sonido clásico de la banda. A pesar de que los álbumes con Bayley (The X Factor y Virtual XI) tenían sus momentos destacados, no lograron capturar el mismo éxito comercial ni la misma aclamación crítica que los trabajos anteriores de la banda.