El nacimiento del goregrind
Lanzado en 1988, Reek of Putrefaction es el álbum debut de Carcass y una piedra angular en el desarrollo del grindcore y su subgénero más extremo, el goregrind. Con su sonido crudo, producción caótica y una estética centrada en lo grotesco, este disco definió un estilo que inspiró a innumerables bandas dentro del metal extremo.
El sonido: caos y brutalidad sin restricciones
Desde el primer segundo, Reek of Putrefaction es un ataque sonoro ininterrumpido. Las guitarras suenan como si estuvieran desgarradas por la distorsión, el bajo aporta una profundidad cavernosa y la batería es una metralla de blast beats desenfrenados. La producción es notoriamente sucia, algo que los miembros de la banda han criticado en retrospectiva, pero que paradójicamente le da una identidad única.
El disco cuenta con 22 canciones en apenas 39 minutos, lo que refuerza la intensidad del álbum. Los cambios de ritmo abruptos y las estructuras caóticas generan una sensación de anarquía musical, reflejando perfectamente el espíritu del grindcore en su forma más primitiva.
Letras y estética: la anatomía de la putrefacción
Carcass llevó la temática gore al extremo, con letras inspiradas en términos médicos y disecciones anatómicas. Canciones como “Genital Grinder” y “Manifestation of Verrucose Urethra” son ejemplos de su enfoque quirúrgico y macabro. Esta obsesión con la anatomía y la descomposición fue reforzada por la icónica portada del álbum, un collage de imágenes de cuerpos mutilados extraídas de libros médicos (obviamente censurada). Las nuevas ediciones ya no cuentan con el diseño original.
Durante la grabación de Reek of Putrefaction (1988), Carcass estaba conformado por el siguiente trío de músicos:
• Jeff Walker – Bajo y voz
• Bill Steer – Guitarra y voz (Ex Napalm Death)
• Ken Owen – Batería y voz
En este álbum, los tres integrantes compartieron las voces, lo que contribuyó al sonido distintivo y caótico del disco, con diferentes registros vocales que iban desde guturales profundos hasta gritos agudos. Esta alineación sentó las bases del sonido inicial de la banda y sería la misma que grabaría Symphonies of Sickness (1989), su segundo álbum.
A pesar de su producción caótica, Reek of Putrefaction tuvo un gran impacto en la escena extrema. John Peel, legendario locutor de la BBC, lo destacó como uno de sus discos favoritos de 1988, lo que ayudó a la banda a ganar reconocimiento. Además, su influencia es palpable en bandas que adoptaron la estética gore y el sonido ultra extremo, como Exhumed, General Surgery y Pathologist.
Reek of Putrefaction es un disco fundamental para entender la evolución del metal extremo. Aunque primitivo y caótico, su brutalidad desenfrenada sentó las bases para géneros enteros y sigue siendo un referente en el grindcore y el death metal. Un debut que, a pesar de sus defectos técnicos, se mantiene como una obra influyente e intransigente dentro de la música extrema.