En 1988, Napalm Death lanzó su segundo álbum de estudio, From Enslavement to Obliteration, consolidando aún más su estatus como los pioneros indiscutibles del grindcore. Este disco no solo tomó la brutalidad y la velocidad de su predecesor Scum y la amplificó, sino que también profundizó en temas líricos más oscuros y críticos. Si Scum fue el nacimiento del grindcore, From Enslavement to Obliteration fue su evolución, llevando el género a nuevas alturas de intensidad y dejando una marca indeleble en la música extrema.
Para cuando Napalm Death comenzó a trabajar en From Enslavement to Obliteration, el mundo del metal extremo ya estaba sintiendo los efectos del impacto de Scum. La escena estaba evolucionando rápidamente, con bandas en todo el mundo adoptando y adaptando el sonido grindcore a sus propias sensibilidades. Sin embargo, Napalm Death no estaba contento con simplemente repetir lo que ya había hecho. Con la nueva alineación que incluía a Lee Dorrian en la voz, Bill Steer en la guitarra, Shane Embury en el bajo, y Mick Harris en la batería, la banda se dispuso a crear un álbum que no solo fuera más rápido y pesado, sino también más coherente y contundente en su mensaje.