Cuando Napalm Death lanzó Scum en 1987, pocas personas podrían haber anticipado el impacto que este álbum tendría en la música extrema. Este debut marcó el nacimiento de un nuevo subgénero: el grindcore, una fusión caótica de punk, hardcore, y death metal que llevó la velocidad, la agresión y la política a niveles nunca antes vistos. Scum no solo es un álbum, sino una declaración de principios, una explosión sónica que desafió las convenciones y que sigue siendo una piedra angular en la historia de la música extrema.
Para comprender el impacto de Scum, es crucial situarlo en su contexto histórico. A mediados de los años 80, el metal extremo estaba evolucionando rápidamente. Bandas como Slayer, Celtic Frost y Possessed estaban empujando los límites del thrash y el death metal, mientras que en el lado punk, grupos como Discharge y Siege estaban llevando el hardcore a niveles de velocidad y ferocidad cada vez mayores.
Scum es un álbum que rompió todas las reglas y estableció un nuevo paradigma en la música extrema. No solo fue el nacimiento del grindcore, sino que también inspiró a una generación de bandas en el punk, el metal y más allá. La influencia de Scum puede escucharse en innumerables géneros, desde el death metal hasta el crust punk, y sigue siendo una referencia clave para cualquier banda que busque llevar la agresión y la velocidad al extremo.