PULSE es uno de los álbumes en vivo más icónicos de Pink Floyd, lanzado en 1995, captura la magia de sus presentaciones en vivo durante la gira de promoción de su álbum The Division Bell. Este trabajo, publicado originalmente en dos discos en formato de CD, también en VHS y Video Láser y ha tenido re ediciones en DVD, Bluray y recientemente una edición de 4 vinilos, documenta la maestría técnica y la profundidad emocional de la banda en su máxima expresión, además de contener la primera interpretación completa y en vivo de The Dark Side of the Moon desde la década de los setenta. PULSE no solo es una celebración del legado musical de Pink Floyd, sino también un testimonio de su habilidad para crear atmósferas visuales y sonoras cautivadoras que hicieron de sus conciertos una experiencia inolvidable.
La grabación de PULSE se llevó a cabo durante la gira de 1994, principalmente en el Earls Court de Londres. Esta fue la última gira de la banda en la que participó Richard Wright, lo que le otorga un valor sentimental y una importancia histórica única. En esta etapa, Pink Floyd estaba formado por David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright, sin Roger Waters, quien había dejado la banda en 1985. Sin embargo, la agrupación continuó demostrando su calidad, apoyándose en una impresionante puesta en escena y una producción que incluía elementos visuales revolucionarios, como proyecciones de video y un característico espectáculo de luces, que marcaron un antes y un después en el concepto de conciertos de rock.
El lanzamiento original de PULSE fue un evento en sí mismo, debido a su innovador empaque, que incluía una luz LED que parpadeaba en la carátula del CD, simulando el pulso de un latido. Este detalle simbólico hace referencia al álbum The Dark Side of the Moon y a la conexión entre la vida, el tiempo y la música que ha sido un tema recurrente en la obra de Pink Floyd.
PULSE se divide en dos discos, cada uno con su propio tono y enfoque, y captura varios de los momentos más icónicos de Pink Floyd en concierto. El primer disco es un recorrido por algunos de sus grandes éxitos, mientras que el segundo disco presenta la interpretación completa de The Dark Side of the Moon, seguido de una serie de temas clásicos que cierran con fuerza este viaje musical.
Primer Disco: Éxitos y Nuevas Canciones
El primer disco de PULSE incluye una selección de temas que abarca desde sus inicios hasta su último trabajo en estudio, The Division Bell. Algunas de las canciones más destacadas de esta primera parte son:
1. Shine On You Crazy Diamond: Esta es la canción que abre el concierto, y en ella, Pink Floyd rinde homenaje al miembro fundador Syd Barrett. La interpretación de “Shine On You Crazy Diamond” es emotiva y cuenta con un despliegue instrumental que establece el tono para el resto del álbum. El tema se extiende en un largo instrumental, en el que se destacan los solos de guitarra de David Gilmour y las capas de sintetizadores de Wright, evocando un sentimiento de nostalgia y tributo.
2. Astronomy Domine: Este tema de la era psicodélica fue escrito por Barrett, y su inclusión es un guiño a las raíces de la banda. La interpretación en PULSE es dinámica y potente, con un sonido modernizado que se adapta a la evolución musical de Pink Floyd, pero que conserva el toque experimental de los primeros días.
3. High Hopes: Como una de las canciones más significativas de The Division Bell, “High Hopes” explora temas de reflexión y el paso del tiempo, con letras que evocan tanto arrepentimiento como aceptación. La interpretación en vivo resalta el característico solo de guitarra slide de Gilmour, que cierra el tema de forma magistral y emotiva.
4. Wish You Were Here: Este clásico atemporal resuena de manera especial en el público, y en PULSE adquiere una dimensión más profunda gracias a la conexión emocional que Pink Floyd establece con sus fans en este momento. La interpretación es sencilla pero conmovedora, con la guitarra acústica de Gilmour y los sintetizadores de Wright creando una atmósfera que invita a la introspección.
5. Sorrow: Proveniente del álbum A Momentary Lapse of Reason, “Sorrow” destaca por su fuerza y oscuridad, con una introducción de guitarra impresionante que muestra el virtuosismo de Gilmour. La canción se convierte en un crescendo de energía y emotividad, con un mensaje que resuena con la vulnerabilidad humana.
Segundo Disco: The Dark Side of the Moon Completo
La segunda parte de PULSE es la interpretación completa de The Dark Side of the Moon, un álbum que sigue siendo una obra maestra en la historia del rock. Esta sección es el corazón de PULSE, y cada canción es interpretada con una precisión y pasión que logran captar la esencia del álbum de estudio original.
1. Speak to Me / Breathe: La introducción del álbum es cautivadora, y en vivo, el público es transportado a la atmósfera espacial y envolvente que caracteriza a The Dark Side of the Moon. “Breathe” fluye con suavidad, y la interpretación de Gilmour y Wright es impecable.
2. Time: La ejecución de “Time” es uno de los momentos más memorables de PULSE. El solo de Gilmour es poderoso y, junto con la batería de Mason, crea una tensión y liberación que refleja el mensaje de la canción sobre la fugacidad de la vida.
3. The Great Gig in the Sky: En esta interpretación, el solo vocal es tan intenso como en el original de estudio. La vocalista invitada realiza una interpretación desgarradora, con una fuerza y emotividad que hace que el público sienta cada nota.
4. Money: Con su característico riff de bajo y ritmo en compás de 7/4, “Money” es una de las canciones más conocidas de The Dark Side of the Moon. La versión en PULSE es vibrante y energiza al público, mientras los solos de saxofón y guitarra se convierten en puntos destacados de la interpretación.
5. Us and Them: Este tema melancólico y reflexivo tiene un efecto casi hipnótico en el público, y en PULSE se presenta con una atmósfera intensa y cautivadora, destacando los teclados de Wright y la interpretación vocal de Gilmour.
6. Brain Damage / Eclipse: El final de The Dark Side of the Moon es una explosión emocional que culmina con “Eclipse”. La interpretación en vivo en PULSE es una declaración sobre la naturaleza humana y el significado de la vida, dejando al público con una sensación de plenitud y asombro.
Cierre con Clásicos
Luego de The Dark Side of the Moon, el álbum en vivo termina con una serie de clásicos que consolidan la experiencia épica de PULSE:
Comfortably Numb: Uno de los momentos más esperados en cualquier concierto de Pink Floyd, “Comfortably Numb” en PULSE es un espectáculo sonoro que captura la esencia de la canción. Los solos de guitarra de Gilmour son extraordinarios, y la canción se convierte en una catarsis tanto para la banda como para el público.
Run Like Hell: Esta canción es una explosión de energía y sirve como el cierre perfecto para el álbum. “Run Like Hell” es un himno que deja al público con una carga de adrenalina y emoción, y el ritmo contagioso de la batería y la guitarra se mantiene hasta el último segundo.
PULSE es una obra que destaca por su calidad sonora y la capacidad de la banda para trasladar la complejidad de sus álbumes de estudio al escenario. La producción es impecable, y cada instrumento y voz están perfectamente equilibrados, logrando un sonido envolvente. La maestría de Gilmour en la guitarra, la precisión de Mason en la batería y la maestría de Wright en los teclados crean una experiencia auditiva que refleja la esencia de Pink Floyd: una banda que sabe explorar tanto lo emocional como lo conceptual.
PULSE es considerado uno de los mejores álbumes en vivo de la historia del rock. La gira y el álbum demostraron que, a pesar de la salida de Waters, Pink Floyd podía mantenerse relevante y seguir capturando la atención del público a nivel global. PULSE se ha convertido en una referencia para los amantes de la música en vivo y es un ejemplo del poder de la música como experiencia audiovisual completa. Desde su lanzamiento, ha influido en innumerables bandas y artistas, y sigue siendo un testimonio de la grandeza y el legado de Pink Floyd.
PULSE es una celebración de la historia, la habilidad y el arte de Pink Floyd. Con interpretaciones inolvidables de clásicos y un espectáculo visual impresionante, PULSE representa la cúspide de la banda en el escenario y permanece como una obra icónica en la discografía de Pink Floyd.