El DVD “Eyes Wide Open” de King Crimson, lanzado en 2003, es un documento esencial que captura dos momentos importantes de la etapa más reciente de la banda en aquel momento. Esta compilación de dos discos incluye grabaciones de sus conciertos en Japón durante 2003 y en Europa durante 2000. En esta ocasión, vamos a centrar el análisis en el segmento titulado “Live in Japan 2003”, que corresponde al segundo disco. Este concierto muestra a una banda en constante evolución, fusionando su carácter progresivo con texturas modernas, tecnológicas y minimalistas, en una época en la que King Crimson estaba explorando su faceta más vanguardista.
El King Crimson de este periodo está compuesto por Robert Fripp (guitarra), Adrian Belew (guitarra y voz), Trey Gunn (Warr Guitar y Stick), y Pat Mastelotto (batería y percusión electrónica). Esta alineación es notablemente distinta al “Doble Trío” de los años 90, reducida a un cuarteto más compacto y enfocado, pero igualmente poderoso y con una amplia gama sonora. Trey Gunn y Pat Mastelotto, ambos ya establecidos en la banda desde mediados de los 90, aportan un sonido moderno y poco convencional, con Mastelotto explorando lo electrónico y Gunn aportando complejidad armónica con el Warr Guitar, un instrumento que puede manejar tanto líneas de bajo como acordes melódicos.
El concierto filmado en Japón presenta a una banda revitalizada, con un setlist que mezcla composiciones recientes de los álbumes “The ConstruKction of Light” (2000) y “The Power to Believe” (2003), junto con algunas reinterpretaciones de material clásico. Esta era una etapa en la que King Crimson estaba inmerso en la creación de un sonido más crudo y matemático, menos ornamentado que en épocas anteriores, pero profundamente denso en términos de texturas y ritmos.
• “The Power to Believe I: A Cappella”: El concierto comienza de forma enigmática, con Adrian Belew cantando a cappella la primera parte de “The Power to Believe”, el tema que da nombre al álbum de 2003. Su voz es tratada con efectos electrónicos, dando un aire futurista y minimalista que prepara el terreno para la explosión de sonido que sigue.
• “Level Five”: Esta pieza instrumental es una de las más poderosas del concierto. Con un riff oscuro y mecanizado, la banda crea una sensación de marcha implacable, casi robótica, que combina la precisión matemática de Fripp y Gunn con la percusión retumbante y fragmentada de Mastelotto. Es un tema lleno de intensidad, donde las guitarras disonantes y los pulsos rítmicos crean una atmósfera densa.
• “ProzaKc Blues”: Aquí, King Crimson muestra su faceta más irónica. La canción tiene un aire de blues distorsionado, con Belew cantando con una voz casi caricaturesca. Sin embargo, las complejas estructuras rítmicas y los riffs entrecortados le otorgan una complejidad adicional que transforma este blues en algo mucho más inquietante.
• “Elektrik”: Este tema es un verdadero viaje sonoro. Con capas de guitarras intercaladas y armonías abstractas, la banda se mueve en un terreno entre lo melódico y lo experimental. La interacción entre Fripp y Belew es especialmente destacable, mientras Gunn y Mastelotto crean un telón de fondo rítmico hipnótico.
• “The ConstruKction of Light”: El tema titular del álbum de 2000 es uno de los puntos álgidos del show. La canción está marcada por sus patrones rítmicos entrelazados y su estructura casi fractal, con riffs complejos que se entrelazan entre las guitarras de Fripp y Belew. La precisión aquí es impresionante, con la banda funcionando como una máquina perfectamente calibrada.
• “Larks’ Tongues in Aspic (Part IV)”: Como parte de la serie épica de Larks’ Tongues in Aspic, esta pieza es una continuación del legado progresivo de la banda, que comenzó en los años 70. Es un tema agresivo, repleto de cambios abruptos de ritmo y melodía, donde la interacción entre todos los miembros de la banda es fundamental. La energía es abrasiva, con guitarras disonantes y un ritmo propulsivo que mantiene a la audiencia en vilo.
Uno de los aspectos más destacables del concierto es la precisión técnica de la banda. King Crimson siempre ha sido conocido por su virtuosismo, y en “Live in Japan 2003”, cada miembro está en su mejor momento. Robert Fripp, como de costumbre, es una figura enigmática, sentado en su silla, inmóvil pero desplegando un arsenal de riffs y paisajes sonoros. Sus líneas de guitarra son frías, precisas, y a menudo crean una atmósfera de tensión contenida.
Adrian Belew, por su parte, aporta la parte más humana y emocional del espectáculo. Sus interpretaciones vocales, aunque procesadas electrónicamente en varias ocasiones, tienen una calidez y expresividad que contrastan con la frialdad mecánica de algunos de los riffs de Fripp. Belew también es un maestro de la guitarra, y sus solos a menudo agregan un toque más visceral y rockero a las composiciones más abstractas de la banda.
Trey Gunn y Pat Mastelotto forman una sección rítmica poco convencional, donde la percusión electrónica de Mastelotto complementa las líneas complejas y profundas de Gunn. Ambos aportan una textura rítmica que es clave para el sonido de esta formación de King Crimson, lleno de capas sonoras que mantienen al espectador inmerso en la música.
Visualmente, el concierto es sobrio pero eficaz. Las cámaras se centran en los músicos, especialmente en los intrincados juegos de manos de Fripp, Gunn y Belew, lo que permite apreciar de cerca la complejidad de su técnica. La iluminación es sencilla pero adecuada para la atmósfera del concierto, donde las sombras y luces tenues reflejan el carácter misterioso e introspectivo de la música.
El enfoque de la producción está más en la música que en la puesta en escena o los efectos visuales elaborados, algo que encaja bien con la estética de King Crimson, que siempre ha sido más cerebral que ostentosa. No hay grandes alardes de espectáculo, pero sí una conexión directa con el sonido crudo y complejo de la banda.
“Eyes Wide Open” no solo ofrece el concierto en Japón. También incluye el concierto “Live in Europe 2000” en el primer disco, donde se puede ver una versión ligeramente distinta del cuarteto, con una selección de temas que presenta más material de “The ConstruKction of Light”. Además, incluye algunos extras que permiten a los fanáticos explorar más a fondo el proceso creativo de la banda.
“Live in Japan 2003”, como parte del DVD “Eyes Wide Open”, es una pieza clave para cualquier fan de King Crimson. Captura a la banda en una de sus etapas más experimentales y modernas, con un enfoque en la precisión técnica y la exploración sonora. Si bien el sonido de esta época puede resultar más abstracto y menos accesible que en décadas anteriores, muestra a una banda que sigue desafiando los límites del rock progresivo, siempre buscando nuevas formas de expresión.
Para quienes ya son seguidores de King Crimson, este DVD ofrece una inmersión profunda en su mundo sonoro, lleno de matices y capas que revelan algo nuevo en cada escucha. Para los nuevos oyentes, es una excelente muestra de la capacidad de la banda para reinventarse continuamente, manteniendo su espíritu progresivo mientras se adapta a las tecnologías y sensibilidades modernas.
