«Coda»: El Epílogo de Led Zeppelin
El álbum Coda de Led Zeppelin, lanzado el 19 de noviembre de 1982, es un lanzamiento especial en la discografía de la banda, no solo por ser su último álbum de estudio oficial, sino porque es una compilación de grabaciones inéditas que fueron recogidas como una manera de cerrar la carrera de Led Zeppelin tras la muerte de su baterista, John Bonham, en 1980. A diferencia de sus álbumes anteriores, Coda no está formado por nuevas composiciones ni por un trabajo hecho bajo la misma presión creativa que caracterizó sus discos anteriores; en cambio, es una colección de temas que no habían visto la luz, pero que ofrecen una visión más completa del legado musical del grupo.
El título del álbum, Coda, es un término musical que significa el final de una composición, una idea adecuada para una banda que, aunque en su apogeo fue monumental, tuvo que concluir de manera abrupta. Este álbum, por lo tanto, sirve como un epílogo a la carrera de Led Zeppelin, un adiós definitivo que ofrece a los fanáticos una serie de canciones que encapsulan el sonido crudo y la evolución de la banda a lo largo de los años.
Después de la muerte de John Bonham, Led Zeppelin se disolvió de manera oficial. Para los fanáticos, el fin de la banda fue abrupto, y Coda se convirtió en una forma de proporcionar una especie de cierre. Aunque no es un álbum compuesto completamente en la etapa final de la banda, contiene material que fue grabado durante diversas sesiones de sus álbumes anteriores, lo que lo convierte en una cápsula del tiempo de las diferentes eras de Led Zeppelin.
El material de Coda abarca varias etapas del recorrido de la banda, desde las primeras sesiones en 1970 hasta las grabaciones más cercanas al final de su carrera en 1978. Aunque estas canciones no se incluyeron en los álbumes originales, reflejan la energía, la experimentación y el estilo distintivo de la banda, en especial el poder y la precisión de Bonham en la batería, que brilla en casi todos los temas del álbum.
1. «We’re Gonna Groove»
El álbum abre con una versión en vivo de «We’re Gonna Groove», grabada en 1970 durante los ensayos para su gira en el Royal Albert Hall. La energía de la banda es innegable desde el primer momento, y esta pista muestra a Led Zeppelin en su versión más cruda y contundente, con un groove electrizante. Basada en una canción de Ben E. King, «We’re Gonna Groove» captura la habilidad de la banda para tomar material ajeno y hacerlo completamente suyo, con un énfasis en la energía de la interpretación en directo.
2. «Poor Tom»
Este tema proviene de las sesiones de Led Zeppelin III y ofrece una incursión más profunda en el lado acústico de la banda, que siempre estuvo presente en su música, pero que no siempre se destacó tanto como su lado más rocoso. «Poor Tom» tiene una vibra folk-blues, con un riff acústico minimalista pero hipnótico, acompañado por la batería de Bonham, que lleva el ritmo de una manera que suena casi tribal. La canción es una historia narrada a través de la voz de Plant, sobre un hombre atrapado en su destino. Es una de las piezas más sencillas de Led Zeppelin, pero con una carga emocional y un ritmo pulsante que la hace inolvidable.
3. «I Can’t Quit You Baby»
«I Can’t Quit You Baby» es una versión de una pista de blues escrita por Willie Dixon y grabada originalmente para el primer álbum de Led Zeppelin. Sin embargo, esta toma en vivo fue grabada durante una prueba de sonido en 1970. En esta versión, se siente la potencia que la banda proyectaba en sus interpretaciones en vivo, con un Page que se deja llevar en un solo extendido y lleno de alma. Aunque no tiene el refinamiento de una toma de estudio, esta versión captura la esencia del blues sucio y pesado que Led Zeppelin dominaba.
4. «Walter’s Walk»
Grabada en 1972, «Walter’s Walk» es una de las canciones más contundentes del álbum, destacando las guitarras pesadas de Jimmy Page y la potencia implacable de Bonham. Originalmente pensada para Houses of the Holy, esta pista nunca se incluyó en ese álbum, pero tiene el mismo tipo de vibración cruda que define a Zeppelin. La canción es un torbellino de riffs, con una estructura desordenada pero llena de energía. La interpretación de Plant aquí también es notable, aportando una agresividad que encaja perfectamente con la intensidad de la banda.
5. «Ozone Baby»
«Ozone Baby», grabada durante las sesiones de In Through the Out Door, tiene un tono más ligero en comparación con las pistas anteriores. Es una de las canciones que representa la dirección más pop-rock que la banda estaba explorando a finales de los 70, con un ritmo rápido y una melodía pegajosa. La canción es divertida y muestra una faceta menos densa de Zeppelin, demostrando que la banda podía hacer música más accesible sin perder su esencia.
6. «Darlene»
«Darlene» es otra pista de las sesiones de In Through the Out Door, y sigue una línea similar a «Ozone Baby» en términos de su estilo más ligero. La canción tiene una base de piano que recuerda a los temas de rock and roll de los 50, con un Plant que canta de manera juguetona sobre una mujer que lo tiene atrapado. La canción es un testimonio del amor de la banda por las raíces del rock, pero también muestra su capacidad para darle un toque moderno a lo clásico.
7. «Bonzo’s Montreux»
Una de las piezas más interesantes de Coda es «Bonzo’s Montreux», una pieza instrumental que consiste en una solo de batería de John Bonham, grabado en 1976 en Montreux, Suiza, con la producción de Page. Esta pista es un recordatorio del genio rítmico de Bonham, que no solo tenía la fuerza para llevar los ritmos más potentes de Zeppelin, sino también la precisión y creatividad para transformar la batería en un instrumento melódico por derecho propio. Page añadió efectos electrónicos para darle a la pista una dimensión experimental, lo que la convierte en una de las piezas más inusuales del álbum.
8. «Wearing and Tearing»
El álbum cierra con «Wearing and Tearing», una explosiva pieza de hard rock grabada durante las sesiones de In Through the Out Door. Esta canción es Zeppelin en su versión más cruda y punk, mostrando que aún podían canalizar su energía visceral a pesar de estar en el final de su carrera. La canción tiene un ritmo acelerado y una intensidad que recuerda a sus primeros trabajos, y habría encajado perfectamente en cualquier álbum de Zeppelin. Es una declaración final contundente para la banda, un recordatorio de su capacidad para destilar pura energía en su música.
Aunque Coda fue recibido con cierto escepticismo por parte de la crítica en su lanzamiento, debido a su naturaleza de álbum recopilatorio, ha sido reevaluado con el tiempo como una pieza importante en la historia de Led Zeppelin. No se trata de un álbum tradicional en el sentido de tener una cohesión temática o estilística, pero ofrece una visión más completa del proceso creativo de la banda y su evolución a lo largo de los años. Para los fanáticos, es un álbum imprescindible, ya que ofrece material inédito que complementa lo que ya sabían de Led Zeppelin, y al mismo tiempo, es una despedida apropiada para una de las bandas más importantes de la historia del rock.
Bonzo’s Montreux, en particular, ha sido destacado por muchos como un tributo adecuado a John Bonham, cuyo legado como uno de los mejores bateristas de todos los tiempos sigue siendo inquebrantable. La presencia de Bonham a lo largo del álbum es un recordatorio de lo esencial que fue para la banda, y Coda sirve como un homenaje tanto a su talento como al poder colectivo de Led Zeppelin.
Coda no es el álbum que definiría la carrera de Led Zeppelin, pero es un epílogo esencial que cierra un capítulo monumental en la historia del rock. A través de estas grabaciones inéditas, la banda ofrece una última mirada a su versatilidad y creatividad, dejando claro que incluso en sus momentos menos conocidos, Led Zeppelin seguía siendo una fuerza a tener en cuenta. El álbum es un recordatorio de que la historia de Zeppelin no se define solo por sus grandes éxitos, sino también por su capacidad para experimentar, evolucionar y, en última instancia, dejar un legado imborrable.
