Relics

Un Tesoro Oculto en la Historia del Rock Psicodélico

En 1971, Pink Floyd lanzó «Relics,» un álbum recopilatorio que, aunque a menudo es eclipsado por las obras maestras conceptuales que la banda crearía más adelante, ofrece una mirada fascinante a sus primeros años. «Relics» es una colección de sencillos, lados B y algunas de las primeras composiciones de la banda, capturando la transición de Pink Floyd desde sus raíces en la psicodelia de los años 60 hacia el sonido progresivo y atmosférico que los definiría en los años 70. Este álbum es una cápsula del tiempo que documenta el viaje artístico de la banda durante un período crucial de su desarrollo.

Para entender «Relics,» es esencial situarlo en el contexto de la evolución de Pink Floyd. En 1971, la banda ya había lanzado varios álbumes de estudio, incluidos «The Piper at the Gates of Dawn» (1967), «A Saucerful of Secrets» (1968), «More» (1969), «Ummagumma» (1969) y «Atom Heart Mother» (1970). Estos discos mostraban una evolución constante, desde la psicodelia liderada por Syd Barrett en su álbum debut hasta la experimentación sonora que caracterizó sus trabajos posteriores.

«Relics» fue lanzado inicialmente como una recopilación para el mercado australiano, pero su éxito llevó a que se distribuyera internacionalmente. Aunque no se trata de un álbum de estudio, «Relics» es significativo porque ofrece una retrospectiva de la primera etapa de Pink Floyd, cuando la banda estaba en plena búsqueda de su identidad sonora. El álbum reúne canciones que no habían aparecido en sus álbumes principales, lo que lo convierte en una colección valiosa para los fanáticos y una oportunidad para explorar las raíces de una de las bandas más influyentes del rock.

«Relics» abre con «Arnold Layne,» el primer sencillo de Pink Floyd lanzado en 1967. Esta canción, escrita por Syd Barrett, es una joya de la psicodelia británica. «Arnold Layne» cuenta la historia de un hombre que roba ropa de mujer de los tendederos, una temática excéntrica que refleja el ingenio lírico de Barrett. Musicalmente, la canción es un ejemplo perfecto del sonido inicial de Pink Floyd: un pop psicodélico con melodías pegajosas y una producción experimental que introduce elementos surrealistas, como el uso del órgano Farfisa de Richard Wright. Este sencillo no solo estableció a Pink Floyd como una banda única en la escena londinense, sino que también presagió la dirección lírica y sonora que seguirían en sus primeros años.

Le sigue «Interstellar Overdrive,» una de las composiciones más emblemáticas de la etapa inicial de Pink Floyd. Esta pieza instrumental es un viaje a través del espacio sonoro, con una improvisación que captura la esencia de los conciertos en vivo de la banda durante la era de la psicodelia. «Interstellar Overdrive» es caótica, desafiante y llena de energía, con un riff de guitarra distorsionado que se convierte en un trampolín para una exploración sonora sin restricciones. La canción es un testamento de la capacidad de la banda para crear paisajes sonoros abstractos que transportan al oyente a otra dimensión. Esta pieza destaca el enfoque experimental de la banda en sus primeras etapas y su disposición para empujar los límites del rock convencional.

«See Emily Play,» otro sencillo escrito por Syd Barrett, es una de las canciones más queridas de la banda de esta era. La canción es un ejemplo brillante de la psicodelia pop, con su estructura accesible pero adornada con capas de sonido que la hacen distintivamente Pink Floyd. La letra de Barrett, que mezcla elementos de fantasía y surrealismo, junto con la producción onírica, crea una sensación de ensueño que se ha convertido en una de las características definitorias del sonido de la banda. «See Emily Play» fue un éxito en el Reino Unido y ayudó a consolidar la reputación de Pink Floyd como innovadores dentro del floreciente movimiento psicodélico.

«Remember a Day,» escrita por Richard Wright y extraída del segundo álbum de la banda «A Saucerful of Secrets,» es una balada melancólica que destaca el talento de Wright como compositor y vocalista. La canción es introspectiva, con una atmósfera nostálgica que contrasta con las composiciones más vanguardistas de la banda. La delicada combinación de piano y guitarra, junto con la voz suave de Wright, crea una sensación de anhelo y reflexión. Esta canción, aunque menos conocida que algunos de los éxitos de la banda, es una pieza fundamental en el desarrollo del sonido más maduro y atmosférico que Pink Floyd abrazaría en los años posteriores.

«Paintbox,» también escrita por Wright, es otra adición valiosa a la recopilación. Esta canción muestra el lado más pop de Pink Floyd, pero con un toque distintivo de lirismo introspectivo y una estructura melódica que es a la vez compleja y accesible. «Paintbox» es un ejemplo del papel crucial que Wright desempeñó en la evolución del sonido de la banda, proporcionando un contrapunto melódico y emocional al enfoque más experimental de los otros miembros.

«Julia Dream» es una de las primeras composiciones de Roger Waters que muestra su habilidad para escribir letras llenas de imágenes oníricas y perturbadoras. Esta balada psicodélica, con su melodía suave y su letra evocadora, presenta un tono más oscuro y contemplativo. «Julia Dream» es un indicio de los temas más sombríos y filosóficos que Waters desarrollaría más a fondo en los álbumes conceptuales posteriores de Pink Floyd. La canción es etérea y melancólica, destacando la habilidad de la banda para crear una atmósfera envolvente que arrastra al oyente a un estado de ensueño.

«Careful with That Axe, Eugene» es otra pieza instrumental que muestra el enfoque experimental y atmosférico de la banda. Originalmente lanzada como el lado B del sencillo «Point Me at the Sky,» esta canción es un ejemplo temprano del uso del espacio y la dinámica en la música de Pink Floyd. La pista comienza con un ambiente inquietante, construido a través de la repetición hipnótica del bajo y el teclado, antes de estallar en un clímax aterrador con el grito agudo de Waters, que se ha convertido en una de las marcas registradas de la banda. «Careful with That Axe, Eugene» es una obra maestra de tensión y liberación, y es una pista que sigue siendo un favorito en los conciertos en vivo de la banda.

«Cirrus Minor,» tomada del álbum «More,» es una de las pistas más atmosféricas de «Relics.» La canción, escrita por Waters, presenta un paisaje sonoro pastoral que se construye lentamente, utilizando guitarras acústicas, teclados flotantes y efectos de sonido de la naturaleza. La letra es una meditación sobre la naturaleza y la mortalidad, con un tono que es a la vez sereno y sombrío. «Cirrus Minor» es un ejemplo de cómo Pink Floyd utilizó la música para explorar temas existenciales y espirituales, algo que se convertiría en una característica definitoria de su trabajo posterior.

«Bike,» la pista que cierra «Relics,» es un regreso al estilo más excéntrico y juguetón de Syd Barrett. La canción es una oda absurda y caprichosa a la imaginación y el humor surrealista de Barrett, con una letra que mezcla lo mundano y lo fantástico de una manera que solo él podría lograr. Musicalmente, «Bike» es simple pero efectiva, con una estructura que desafía las convenciones tradicionales de la composición pop. El final de la canción, con un collage de efectos de sonido, cierra el álbum con una nota surrealista que encapsula la primera etapa de Pink Floyd bajo la guía creativa de Barrett.

La producción de «Relics» refleja la evolución del sonido de Pink Floyd durante sus primeros años. Las primeras pistas, influenciadas por la psicodelia, tienen un enfoque más crudo y experimental, mientras que las composiciones posteriores muestran una mayor sofisticación en términos de producción y estructura. A lo largo del álbum, la banda utiliza una amplia gama de técnicas de grabación, incluidos efectos de sonido, manipulación de cintas y sobregrabaciones, que se convertirían en elementos clave de su estilo característico.

El sonido de «Relics» es a menudo etéreo y atmosférico, con un enfoque en la creación de paisajes sonoros que transportan al oyente a diferentes estados emocionales y mentales. La mezcla de pistas instrumentales y canciones más estructuradas proporciona un equilibrio que mantiene el interés del oyente y demuestra la versatilidad de la banda. A pesar de ser una recopilación, «Relics» fluye sorprendentemente bien como un álbum completo, gracias a la coherencia del sonido y la visión artística de la banda.

«Relics» fue recibido positivamente tanto por críticos como por fanáticos, quienes apreciaron la oportunidad de escuchar algunas de las rarezas y sencillos menos conocidos de Pink Floyd. El álbum ofreció una retrospectiva valiosa de la primera etapa de la banda, mostrando su evolución desde sus raíces psicodélicas hasta convertirse en una de las bandas de rock progresivo más influyentes del mundo.

El legado de «Relics» reside en su capacidad para capturar un momento específico en

la historia de Pink Floyd, cuando la banda estaba en transición y experimentando con su sonido. Aunque no es tan conocido como álbumes como «The Dark Side of the Moon» o «Wish You Were Here,» «Relics» sigue siendo una pieza importante en la discografía de la banda, ofreciendo una visión de sus primeras exploraciones y de la creatividad desenfrenada que caracterizó sus primeros años.

«Relics» es un álbum que invita al oyente a explorar las raíces de Pink Floyd, ofreciendo una visión única de su evolución artística durante los años 60 y principios de los 70. A través de sus 11 pistas, el álbum captura la esencia de una banda que estaba constantemente empujando los límites de la música y desafiando las convenciones establecidas.

Relics es un álbum que invita al oyente a explorar las raíces de Pink Floyd, ofreciendo una visión única de su evolución artística durante los años 60 y principios de los 70. A través de sus 11 pistas, el álbum captura la esencia de una banda que estaba constantemente empujando los límites de la música y desafiando las convenciones establecidas. Para los fanáticos de Pink Floyd, Relics es más que una simple colección de canciones; es un testimonio de la innovación y la experimentación que definieron a la banda en sus primeros años. Además, este álbum destaca por su variedad de estilos musicales, desde el rock psicodélico hasta el folk, mostrando la versatilidad y el alcance artístico de Pink Floyd. En resumen, Relics es una joya musical que permite sumergirse en el mundo creativo de una de las bandas más influyentes de la historia del rock.

El diseño de la portada estuvo a cargo de Nick Mason.
Edición en vinilo azul.

PINK FLOYD RELICS
Relics
Lanzamiento: mayo 14, 1971
1
Manufactura: usa
Recopilación
Otras características:
Vinilo Azul
Catálogo
OTROS TRABAJOS DE Pink Floyd