La Alquimia Musical de Opeth
Opeth, una banda que ha sido sinónimo de evolución musical, lanzó Sorceress en 2016, un álbum que continúa su viaje por el rock progresivo mientras mantiene elementos de su pasado más oscuro. Con este trabajo, Opeth se adentra aún más en la fusión de estilos, combinando el rock progresivo clásico con influencias del jazz, el folk y la música psicodélica. Sorceress no es solo una continuación de la evolución que comenzó con Heritage y se solidificó con Pale Communion, sino que es una obra que reafirma la capacidad de la banda para reinventarse constantemente.
Sorceress es el duodécimo álbum de estudio de Opeth y fue grabado en los estudios Rockfield en Gales, un lugar con una rica historia musical, ya que allí también se grabaron álbumes icónicos de Queen y Rush. El álbum fue producido por el líder de la banda, Mikael Åkerfeldt, y refleja su creciente confianza como productor y compositor. Desde su portada, diseñada por Travis Smith, que presenta una imagen inquietante de un pavo real en un paisaje sombrío, Sorceress anuncia su intención de explorar territorios oscuros y místicos.
La decisión de grabar en un estudio con una historia tan rica y en un entorno tan inspirador se refleja en la música de Sorceress. El álbum captura una sensación orgánica y atemporal, con una producción que permite que cada instrumento respire y tenga su espacio. A lo largo del disco, es evidente que la banda ha perfeccionado su capacidad para mezclar complejidad técnica con melodías accesibles y atmosféricas.
El álbum comienza con «Persephone», una introducción acústica que establece una atmósfera etérea y melancólica. Con apenas un minuto y medio de duración, este preludio prepara el escenario para lo que está por venir, con delicadas guitarras acústicas y voces suaves que evocan una sensación de misterio y anticipación.
La pista titular, «Sorceress», es un arranque abrupto que rompe la calma de la introducción con un riff de bajo contundente y pesado, que rápidamente se transforma en un ataque progresivo. La canción es una mezcla de influencias que van desde el rock de los años 70 hasta el metal, con cambios de ritmo y dinámicas que mantienen al oyente en vilo. La letra, cargada de simbolismo, habla de la traición y el engaño, temas que resuenan a lo largo del álbum.
«The Wilde Flowers» continúa con la exploración de las raíces progresivas de la banda, pero con un toque más agresivo. La canción se caracteriza por sus complejas estructuras rítmicas y su fusión de melodías accesibles con elementos disonantes. Es una pista que demuestra la habilidad de Opeth para crear música que es tanto cerebral como emocional, jugando con la tensión y la liberación a través de su composición.
«Will O the Wisp» ofrece un respiro con su enfoque en las guitarras acústicas y su melodía folk. Es una canción más accesible que recuerda a las baladas progresivas de los años 70, con una letra que evoca imágenes de la naturaleza y la soledad. La voz de Åkerfeldt aquí es suave y evocadora, proporcionando un contraste con las pistas más intensas del álbum.
«Chrysalis» retoma la intensidad con un riff de guitarra que es tanto técnico como melódico. La canción es un torbellino de cambios de tiempo y dinámicas, que recuerda a los días más metálicos de Opeth pero con un enfoque más refinado y progresivo. La interacción entre las guitarras y los teclados es particularmente destacable, creando una atmósfera densa y envolvente.
«Sorceress 2» es un retorno a la calma, una balada melancólica que funciona como una contraparte a la intensidad de la pista titular. Con su enfoque en la voz y la guitarra acústica, la canción es un ejemplo de la capacidad de Opeth para explorar la simplicidad sin perder la profundidad emocional. La letra, que continúa el tema de la traición, añade una capa adicional de significado al álbum.
«The Seventh Sojourn» es una pieza instrumental que introduce elementos del Medio Oriente en su paleta sonora. Con el uso de instrumentos como el sitar y percusiones exóticas, la canción crea una atmósfera hipnótica y misteriosa. Es un ejemplo de cómo Opeth sigue expandiendo sus horizontes musicales, incorporando influencias de todo el mundo en su música.
«Strange Brew» es una de las canciones más ambiciosas del álbum, comenzando con un pasaje lento y atmosférico que se desarrolla en una explosión de energía y complejidad instrumental. La canción es un viaje en sí misma, con cambios de ritmo y tono que mantienen al oyente constantemente adivinando. Es una pista que encapsula la esencia experimental de Sorceress, desafiando las expectativas y mostrando la versatilidad de la banda.
«A Fleeting Glance» combina elementos de folk y rock progresivo con una estructura que se siente tanto antigua como moderna. La canción, con sus armonías vocales y su uso de instrumentos acústicos, es un recordatorio de las raíces de Opeth en la música progresiva clásica, pero con un toque distintivo que la hace única.
«Era» es una canción que combina la melancolía con la esperanza, cerrando el álbum con un sentido de cierre. Con un estribillo poderoso y una producción rica, la canción es un resumen perfecto de los temas explorados a lo largo de Sorceress: la lucha, la traición, y finalmente, la aceptación.
Finalmente, «Persephone (Slight Return)» cierra el álbum, devolviendo al oyente al mundo etéreo con el que comenzó. Es un final apropiado para un álbum que ha sido tanto un viaje musical como emocional, dejando al oyente con una sensación de reflexión y contemplación.
Sorceress explora temas de traición, engaño y la naturaleza dual de la humanidad. A través de sus letras y música, Opeth crea un mundo en el que lo místico y lo humano se entrelazan, explorando las sombras del alma y las consecuencias de las acciones humanas. El concepto de una «hechicera» o sorceress es central en el álbum, simbolizando la seducción, la manipulación y el poder, temas que se reflejan tanto en la música como en las letras.
Musicalmente, Sorceress es un testamento a la capacidad de Opeth para mezclar lo antiguo con lo nuevo, lo pesado con lo suave, y lo simple con lo complejo. Es un álbum que sigue la línea de sus predecesores en términos de exploración progresiva, pero que también introduce nuevas influencias y estilos, haciendo que sea un trabajo fresco y emocionante.
Sorceress fue recibido con críticas mayormente positivas, con elogios por su ambición y la habilidad de la banda para seguir evolucionando sin perder su esencia. Aunque algunos fanáticos de la era más metalera de Opeth pudieron haberse sentido alienados por la falta de elementos de death metal, muchos reconocieron la valentía de la banda al seguir su propia visión artística.
El álbum debutó en posiciones altas en las listas de varios países, incluyendo el top 10 en las listas de álbumes de Alemania y Finlandia, lo que demuestra el amplio atractivo de la música de Opeth. A medida que pasa el tiempo, Sorceress sigue siendo considerado un punto culminante en la carrera de la banda, un álbum que captura su capacidad para reinventarse continuamente mientras permanece fiel a sus raíces progresivas.
En resumen, Sorceress es una obra maestra de la alquimia musical. Es un álbum que combina influencias de todo el mundo y de todas las épocas, creando un sonido que es a la vez familiar y completamente nuevo. Con Sorceress, Opeth no solo ha demostrado que sigue siendo una de las bandas más innovadoras del rock progresivo, sino que también ha reafirmado su lugar en la vanguardia de la música moderna.
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