En 1990, Caifanes lanzó su segundo álbum de estudio, El Diablito, una obra que no solo consolidó su lugar en la escena del rock en español, sino que también marcó una evolución significativa en su sonido y en la madurez de sus composiciones. Este disco, más oscuro y complejo que su predecesor, reflejó la creciente ambición artística de la banda y su voluntad de explorar nuevas direcciones musicales.
El Diablito fue producido por el talentoso Oscar López, quien trabajó en estrecha colaboración con la banda para capturar la esencia de su sonido. A diferencia del primer álbum, que estaba fuertemente influenciado por el rock gótico y el new wave, este disco muestra una mayor influencia del rock latino y la música tradicional mexicana, mientras sigue manteniendo las características sombrías y atmosféricas que definieron su debut.